El caos de los monopatines eléctricos: un desafío para la movilidad urbana
Por Víctor Varone
Uno de los problemas más notorios que presentan los monopatines eléctricos en Argentina, especialmente en las grandes urbes, es la falta de regulación y orden en su uso, lo que deriva en conflictos con peatones, ciclistas y conductores, además de un aumento en los accidentes. La infraestructura urbana a menudo no está adaptada para su circulación, lo que incrementa el riesgo de siniestros viales. Además, el estacionamiento desordenado de estos vehículos puede obstruir veredas y espacios públicos, generando serios inconvenientes en el tránsito peatonal.
Si bien el uso de monopatines eléctricos en Argentina está regulado, la normativa varía según la jurisdicción. La Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) emitió en 2020 una reglamentación (Res. 56/2020) que establece la edad mínima para conducir, fijándola en 16 años; la velocidad máxima, que es de 25 km/h; y el uso obligatorio del casco. También se dispone que los monopatines eléctricos pueden circular por ciclovías y calles con un límite de velocidad de hasta 30 km/h, pero no por avenidas o autopistas. Además, deben contar con luces delanteras y traseras, así como sistemas de frenos adecuados, y está prohibido el uso de auriculares mientras se conduce un monopatín eléctrico, al igual que llevar pasajeros.
En diversos países de Latinoamérica, Europa y América del Norte, se ha regulado el uso de monopatines eléctricos, aunque la extensión y los detalles de la normativa en algunos puntos varían considerablemente, por ejemplo, en Francia, el uso del casco es obligatorio para menores de 12 años, mientras que en el Reino Unido, el uso de monopatines eléctricos en la vía pública está restringido y sólo es legal utilizarlos si se alquilan a través de un programa autorizado por el gobierno.
Un tema crucial son los accidentes relacionados con el uso de monopatines eléctricos. Desde 2019, se ha observado un aumento en los accidentes que involucran monopatines, en parte debido al crecimiento de su uso en grandes ciudades, el Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial del GCBA nos dice que desde 2020 se han documentado decenas de accidentes por caídas y colisiones con otros vehículos que generan contusiones, fracturas, y en algunos casos, traumatismos graves de cráneo, especialmente entre los usuarios que no utilizan casco.
Como no se los considera como “vehículos” no hay estadísticas detalladas y esta falta es un tema de discusión no solo en Argentina, sino en todo el mundo porque la falta de datos impide poder legislar y controlar mejor. Con un poco de estadística, podemos decir que en España, un estudio del Real Automóvil Club de España (RACE) en 2021 mostró que el 7% de los usuarios de monopatines eléctricos había sufrido algún tipo de accidente, siendo las caídas y las colisiones los incidentes más comunes.
Dado el problema que causan las muertes, lesiones, y daños, surge la necesidad de establecer un seguro de Responsabilidad Civil (mínimo) o bien un seguro de “tercero completo” para el uso de estos medios de transporte alternativos, en Argentina, solo algunas empresas de alquiler incluyen seguros de responsabilidad civil como parte del servicio.
Más allá de la implementación obligatoria de un seguro de Responsabilidad Civil, similar al que se exige para los automóviles y en vista de lo expuesto, en nuestro país deberíamos considerar y tratar el tema de estos vehículos alternativos para
- Mejorar de la Seguridad Vial: Lograr una regulación clara y coherente sobre normas de uso, límites de velocidad, zonas de circulación permitidas y equipamiento de seguridad (casco, luces, frenos).
- Reducción de Accidentes: Con normas bien definidas y un seguro obligatorio, los usuarios estarían más conscientes de las responsabilidades y riesgos para reducir la cantidad de accidentes y mejorar el comportamiento en la vía pública.
- Protección Financiera para Víctimas y Usuarios: Garantizar que en caso de un accidente, las víctimas de daños puedan recibir compensación del daño.
- Mejor Recolección de Datos y Políticas Informadas: La regulación y el seguro obligatorio permitirían una mejor recopilación de datos sobre incidentes y accidentes, lo que ayudaría a las autoridades a ajustar y mejorar las políticas de movilidad urbana con base en información precisa y actualizada.
- Ordenamiento del Espacio Público: La regulación puede incluir pautas para el estacionamiento adecuado de los monopatines eléctricos, evitando que obstruyan veredas y espacios públicos, lo que mejoraría la fluidez del tránsito peatonal y el orden en las ciudades.
- Fomento de un Transporte Urbano Sostenible: Al regular el uso de monopatines eléctricos de manera efectiva, se puede fomentar su adopción como una alternativa de transporte sostenible, integrándolos de forma segura en el ecosistema de movilidad urbana sin comprometer la seguridad ni el orden público.
En la misma línea, es necesario abordar la regulación y ordenamiento de las bicicletas, un medio de transporte cada vez más popular, que comparte muchas de las mismas problemáticas en cuanto a seguridad vial e infraestructura urbana.
https://www.infobae.com/opinion/2024/08/27/el-caos-de-los-monopatines-electricos-un-desafio-para-la-movilidad-urbana/